El origen y por lo tanto, lo original
espera a los que se atreven a viajar, a lomo de mula, hasta cinco
pueblos cusqueños, entre Lamay y Písac, a más de 3800 m.s.n.m. para
conocer a esos sabios andinos que interpretan el futuro en los signos
geométricos de sus chullos, en los que han tejido el ciclo de cosechas y
el ondear de ríos, fieras y planetas.
Desde la ciudad del Cusco,
pasando por Sacsahuamán, Qenqo, cruzando el Valle Sagrado y el parque
arqueológico de Pisac se llega a la tierra de los Yachaqs (sabios en
quechua), como se han bautizado las comunidades de Amaru, Huayllafara,
Huchuy Qosqo, Chumpe y Janac Chuquibamba que continúan organizándose
como ayllus para mostrar su militante resguardo de las tradiciones
precolombinas.
Y es que nuestros ancestros viven desde hace 10 mil años en este valle donde se cultiva el maíz blanco, el más grande del mundo. Dale una mirada a esta agencia de viajes que te ofrece los mejores paquetes turísticos clic aquí.
Cada paso en este Ayllu tiene un toque
distinto, la caminata hasta la falda del cerro es acompañada por un
Pusay, las mujeres que viven aquí llenan de flores las cabezas de los
visitantes con caricias para el florecimiento.
A lo alto una pachamanca distinta,
ritual, con padrinos y oraciones, las papas de esta zona se han
cosechado siguiendo la disciplina de los pisos ecológicos.
En rigor, con las más curvilíneas hojas de coca se rinde honores al cerro Huanacaure y a diez Apus más.
Se empieza con el ritual de la
Pachamanca, primero se entierra trozos de queso envueltos como humitas,
luego habas cubiertas con pasto y encima las piedras calientes; después
una cartulina como sábana, antes de las carnes y papas como meteoritos
apetitosos. Los hombres colocan las piedras y las mujeres los productos
en una sincronía innata.
Los invitamos a visitar estas tierras
donde podrán conocer a los Yachaqs esos sabios quechuas que cultivan y
tejen la geometría sagrada.